El sábado 21 de junio en horas de la noche, el presidente Donald Trump autorizó el ataque por parte del ejército de los Estados Unidos a las centrales nucleares iraníes de Fordo, Natanz e Isfahán, en medio del conflicto que se desarrolla en la región entre el gobierno de Israel, Hamás, Hezbolá y ahora Irán. El mandatario estadounidense calificó la operación “Martillo de medianoche” como exitosa mientras que el gobierno iraní habló de daños menores.

Sin embargo, más allá de la retórica propagandista de cada parte del conflicto, lo cierto es que la operación retrasa el programa nuclear iraní y tendrá consecuencias en el largo plazo para los gobiernos involucrados. Irán ha comenzado una nueva ofensiva de misiles sobre territorio israelí, pero su alcance limitado será más para el consumo interno del régimen iraní que no quiere mostrarse débil ante su población, a pesar de lo menguado que se encuentra su ejército después de dos semanas de ataques por parte de Israel.

Puede haber una respuesta económica inmediata bloqueando el Estrecho de Ormuz, lo que dispararía los precios internacionales del petróleo, pero esta alternativa implicaría que el mismo Irán se quede sin poder exportar el crudo necesario para alimentar sus finanzas al igual que lo haría con vecinos como Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Catar. Así las cosas, lo más probable es que la verdadera respuesta del gobierno de Irán sea en el largo plazo y a través de estrategias de guerrilla que bien conoce el régimen de los Ayatolas.

Al respecto nuestro director, Carlos Andrés Naranjo, estuvo hablando para el Canal Telemundo 49, haciendo un breve análisis geopolítico de las consecuencias en el corto y largo plazo que podría tener en el gobierno de Donald Trump esta decisión de abrir un nuevo frente de guerra que se suma al conflicto en Ucrania y en la Franja de Gaza. La entrevista completa a continuación:

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