La actual pandemia lleva meses visitando a Colombia y el mundo y produciendo desempleo, recesión económica y decesos en la población. Una realidad para la que, la verdad sea dicha, ningún gobernante estaba preparado.

Sin embargo, el presidente Iván Duque ha liderado con asertividad la situación frente al Covid-19, decisiones como el cierre de fronteras, el teletrabajo para evitar el contacto social en las empresas, restaurantes y centros comerciales; los recursos económicos para que las PYMES puedan pagar nómina a sus empleados y acceder a créditos, sumado a la reactivación paulatina de ciertos sectores económicos, ha permitido proteger la vida y la salud de los colombianos.

Los días sin IVA, una medida contradictoria pero necesaria para evitar una recesión mayor y que el desempleo continúe subiendo, también han sido un salvavidas importante para el país, aunque con oportunidades de mejora en cuanto a la logística, pues han demostrado que, en cuanto a las compras virtuales, las empresas y compañías de telecomunicaciones tienen mucho camino por recorrer. 

La aplicación de todas las medidas mencionadas anteriormente ha permitido que Colombia, en comparación con países más desarrollados tenga menos cifras de contagios y decesos, además el sistema de salud ha demostrado no ser tan débil como parece, puesto que las unidades de cuidados intensivos -UCI- no han colapsado, las pruebas de COVID-19 son gratuitas para los ciudadanos y los centros hospitalarios están preparados con casi el doble de camas para cuidados especiales, que se tenía antes de la pandemia.

Para nadie ha sido sencillo hacer frente a esta situación tan caótica, ni siquiera para los mandatarios locales que iniciaron sus labores en un año atípico, en el que los únicos resultados de su gestión que pueden presentar son cifras referentes al manejo del COVID-19, que es la prioridad en estos momentos y por un buen tiempo, al parecer.

También cabe resaltar que la pandemia ha sido una oportunidad para que la comunicación entre los mandatarios locales, departamentales y Presidencia sea más fluida y coordinada, facilitando mayor sincronía en la toma de decisiones respecto a la situación que ha desatado el Covid-19 en el país, con una que otra excepción.

Así mismo ha logrado que en departamentos como Antioquia, los gobernantes de diferentes municipios se hayan sumado a medidas comunes como la del pico y cédula y los protocolos de bioseguridad en los negocios, para prevenir el aumento de la curva de contagios, Prueba de ello son las cifras que registra la región frente a otras del país, a pesar de tener en su territorio la segunda ciudad más grande de Colombia.

Medellín ha demostrado que la tecnología puede estar al servicio de la salud y el desarrollo local. La plataforma Medellin Me Cuida ha logrado salvar vidas, racionalizar los recursos del sistema de salud y hacer cercos epidemiológicos tras un riguroso seguimiento de los casos reportados, aislando incluso sectores en diferentes zonas de la ciudad como Santa Cruz.

Sería iluso pensar que las medidas que adopte un gobierno son agradables para todos los sectores productivos y económicos, pero la cuarentena en su momento y la apertura gradual han sido decisiones acertadas como lo demuestra el Instituto Nacional de Salud por medio de sus cifras. De no haber sido por estas decisiones tomadas a tiempo, la cantidad de contagiados y fallecidos sería mayor y el sistema de salud estaría colapsado.

Por otra parte, esta situación nos ha unido como país y nos ha recordado el significado de la palabra solidaridad. Los ejemplos se han visto en las redes sociales, en medios de comunicación donde se han promovido estrategias de apoyo a la economía local y a quienes han padecido con mayor rigor los efectos de la recesión económica.

Colombia y Antioquia, en especial, han vivido momentos de profundas crisis en las últimas décadas y han salido fortalecidas, es de esperarse que esta situación no sea la excepción.