Comenzamos con Luis Pérez, exalcalde de la capital antioqueña, nuestra serie de entrevistas a los precandidatos a la Alcaldía de Medellín quien respondío a nuestro cuestionario enviado por correo electrónico. Esperamos las opiniones de nuestros miembros y las respuestas de los demás candidatos a nuestras preguntas.
GALERIAPOLITICA.COM: No hemos sabido mucho de Luis Perez últimamente ¿A qué se ha dedicado?
 Luis Pérez: Soy  empresario desde que salí de la Universidad. Y me gusta ser empresario  independiente, para tener tiempo de servir a la gente y obrar con  criterio propio, sin presiones de instintos bajos. A pesar de que ayudar  a los pobres es una tarea evidente, paradójicamente en nuestra sociedad  es tarea compleja pues por aquí prevalece un pensamiento clasista que  le teme a la igualdad. Los medios disfrutan con las noticias  sensacionales y con los que hacen escándalos inútiles, y allí no me  incluyo desafortunadamente.
GP: Durante los últimos años ha habido una fuerte discusión en la ciudad  sobre las políticas públicas y algo de polarización entre sus  representantes ¿Cómo percibe Usted este panorama?
LP: Tenemos  una bella ciudad. Lástima que en los últimos años no exista un gobierno  capaz de resolver los retos que impone el desarrollo contemporáneo. Por  falta de gerencia pública de la ciudad se han enquistado unos lunares  urbanos que muestran agotado el desarrollo de la ciudad.
En seguridad la ciudad ha retrocedido más de 15 años. En movilidad nada se  ha hecho, solo imponer dos días de pico y placa semanal. Si en la  próxima alcaldía llegase otro alcalde con el mismo pensamiento del Doctor  Alonso Salazar, la ciudad aumentaría a tres días de placa a la semana.  Cada nuevo periodo de Alcalde un dia más de pico y placa. Es asfixiante y  atenta contra todas las libertades. En desarrollo urbano no hay  pensamiento de largo plazo que oriente los sueños de ciudad de nosotros  los gobernados.
GP: ¿Cuál considera que debe ser la visión general de Medellín y el Área Metropolitana para los próximos años?
LP: El Área Metropolitana debe caminar hacia un Distrito Tecnológico. La  Alcaldia de Medellín y el Área Metropolitana deben ser generosos con los  demás municipios para que el desarrollo sea armónico y no se cree una  macrocefalia urbana: Medellín super desarrollado y rico, y sus vecinos  pobres y harapientos.
Las  grandes obras y las grandes tareas de Medellín serán de carácter metropolitano. El Alcalde de Medellin debe ser el líder que una a los demás  alcaldes.
Por  ejemplo, se necesita la Unidad Metropolitana por la Movilidad. Una autopista de veinte carriles o más a lado y lado del río, desde Bello hasta  Caldas, resolvería los problemas de movilidad. Semejante inversión se  haría con dineros privados, acabaría con el desempleo en la ciudad,  habría vías Solo motos y espacios públicos envidiables.
En educación, tiene que conformarse una Unidad Metropolitana de las  Secretarias de Educación para que ningún joven deje de estudiar y para  que se reforme la educación de una manera radical que ayude a derrotar  la ilegalidad que se carcome el tejido social de nuestra ciudad.
Y  asi tenemos que caminar hacia la Unidad de Propósitos Metropolitanos.  Primero que medellinenses somos antioqueños. Y el egoísmo de Medellin  puede ser su propia destrucción por la pobreza de sus vecinos.
GP: ¿Cómo ve el panorama general para las elecciones a la Alcaldía de Medellín, los partidos y los candidatos?
 LP: Los  partidos políticos viven un momento difícil. No existe ningún partido  mayoritario en Colombia. Eso abre muchos espacios al liderazgo  individual y a las alianzas oportunas de dirigente y partidos.
Para  Medellín la Unidad Nacional es una alianza exitosa. Fundamos la Unidad  Nacional con Juan Manuel Santos y fue muy exitosa. En Medellín, los  opositores Verdes sacaron 170.000 votos y en la Unidad Nacional, con Santos,  obtuvimos 440.000 votos. Y este triunfo fue similar en las  parlamentarias y en la primera vuelta presidencial. La Unidad Nacional  que une al Partido Conservador, a la U, al Partido Liberal y a Cambio  Radical es un avance en la herencia recibida del Presidente Uribe, quien  la inició con la U y Partido Conservador.
GP: ¿Cuáles son sus puntos de acuerdo y de desacuerdo con la administración del Alonso Salazar?
LP: No  me gusta polemizar sobre personas. Mi propósito es la ciudad. No voy a  caer en los mismos odios que ellos manejan contra mi. El odio produce  cáncer y por eso no los practico.  Uno debe amar en secreto  a los enemigos, los enemigos ayudan a ser mejor y a esforzarse más. No  conviene a la ciudad poner espejos retrovisores contra personas. Cada  gobernante hace un esfuerzo personal para dar lo máximo a favor de la  ciudad. El tiempo es el mejor maestro y dirá si los aportes de un  gobernante fueron buenos o malos.
Me interesan puntos de acuerdo sobre la ciudad.
La  inseguridad de Medellín es dramática. Ya otros países empiezan a tener  reservas con sus ciudadanos que vienen a Medellín. Ese mal se había  erradicado y ahora regresa. Por falta de autoridad como una virtud de la  democracia, la ciudad está en manos de los ilegales. Hay más de 700  casas de venta de droga, a ojos vistos. Los transportadores están  sometidos a vacunas diarias por cada bus y como empresas.  Las bahías de los taxis tienen dueños, y los taxistas que son gente de  bien y de escasos recursos, tienen que pagar a los ilegales para usar  las bahías de taxis. Residentes de comunas populares deben pagar cuota  semanal a combos que tienen su propia empresa del delito. El comercio  silencioso paga vacunas. Profesores de colegios públicos están obligados  a pagar $5.000 semanales para poder enseñar a los mismos ilegales que  les cobran. Los postes de la energía de EPM son usados para delimitar  territorio exclusivo de cada banda. En barrios populares, habitantes que  tienen moto deben aportar a los ilegales cuotas de $5.000 semanales  para ingresar a su barrio. En cada colegio está llegando un jíbaro a  enviciar y a vender droga a los niños. Las universidades están  recibiendo vendedores de droga como abuso a la autonomía universitaria. Y  existen más evidencias de falta de autoridad.
Los  ilegales se repartieron la ciudad para ellos, en la cara de las  autoridades. El delito como empresa ha creado una cultura de ilegalidad  espantosa. La empresa más próspera de Medellin es la ilegalidad. Y con  la impunidad rampante, cada vez más gente se arrima a vivir de la  ilegalidad. Y todo ocurre en frente de nosotros.
Dejar que los ilegales se tomen la ciudad es un profundo desacuerdo sobre el manejo de la ciudad.
GP: Hay dos temas especialmente sensibles para la ciudadania: Problemas de  movilidad, aumento de los homicidios y delincuencia ¿Cómo cree podrían  mejorar esos indicadores?
LP: Medellin  no tiene muchos carros, tiene muy pocas vías. Casi todas las ciudades  del mundo tienen más vehículos por habitante que Medellín y Bogotá, y no  han acudido a la incapacidad de gobernantes de dictar pico y placa un  día, dos días y si nos descuidamos vamos al tercer día semanal de pico y  placa. La más pusilánime medida para combatir la inseguridad es  prohibir que la gente salga a la calle. Igual, la forma más pusilánime  de evitar la congestión vehicular es prohibir que los vehículos salgan a  las calles.
Todas  las grandes ciudades del planeta están en permanente construcción de  sistemas viales integrales por concesión, con dineros privados, con  peajes para que el propietario del vehículo pague de acuerdo al uso que  hace de las carreteras. Eso controla el uso del vehiculo, genera empleo  con gran intensidad, dinamiza la economía, no se utiliza el dinero  público para subsidiar al 13% de los ciudadanos que tienen carro  particular. No soy amigo de ejercer el poder para restringir las  libertades de la gente por causa de la incompetencia del gobierno.
En  el tema de seguridad, hay que volver a la autoridad como virtud de la  democracia. Hay que arrebatarle la ciudad a los ilegales que se creen  dueños de pedazos de ciudad a ojos vistos. Una intensa campaña para que  ningún ciudadano pague vacunas. Atrapar a los vacunadores. No más casas  de vicio en la ciudad. Se pacificaran los barrios populares como se  pacificó en el pasado la Comuna 13. Y Medellín debe solicitar una  veeduría Internacional que vigile el cumplimiento de las funciones de  todos los organismos operativos y de justicia contra la criminalidad. Si  cada órgano de poder público es auditado por una una veeduría  internacional, todos cumplirán prontamente con sus funciones y se  erradicará la ilegalidad. La Autoridad como virtud de la Democracia, no  excluye soluciones de diálogo y políticas que sean efectivas y no  dilatorias.
GP: ¿Cuál considera la mayor dificultad que afronta actualmente la ciudad de Medellín?
LP: La  Cultura de la Ilegalidad es una peste que destruye a cualquier  sociedad. EEUU y los países desarrollados le temen a la cultura de la  ilegalidad como un flagelo que corrompe y devasta una sociedad. El  delito convertido en empresa se ha establecido en la ciudad. Las  ganancias de las extorsiones a los ciudadanos sumadas a las ganancias  del microtráfico, tiene unas utilidades cercanas  a las que  obtiene EPM y supera a las ganancias de las demás empresas de la  región. Y cada peso ilegal sirve para aceitar y crecer la ilegalidad.  Cada peso de utilidad ilegal se reinvierte en nuevas empresas del  delito. La ciudad en manos de los bandidos a ojos vistos ¡Qué horror!
GP: ¿Cuáles son sus principales propuestas para proyectar a Medellín hacia el futuro?
LP: Devoverle  la tranquilidad a Merdellín. Crear el banco del Trabajo con un capital  semilla de $500.000 millones para prestar o dar crédito a todos los  universitarios, profesionales y ciudadanos de bien que tengan ideas  productivas y de generación de empleo. Construir por concesión con  dineros privados un sistema vial aéreo que le de movilidad a la ciudad.  Volver a que Medellín y todos los municipios de Antioquia tengan las  tarifas de servicios públicos más baratas de Colombia y mucho más.
GP: Algunas personas asocian el nombre de Luis Pérez con manejos turbios de  los recursos públicos ¿Qué podría decirles a esas personas?
LP: Represento la honestidad a toda prueba. A prueba de calumnias, de rumores. El  rumor es la voz de nadie. La calumnia es la lepra de la palabra. El  líder popular debe estar dispuesto a ser atropellado por los leprosos de  la palabra.  Me gusta ayudar a los pobres. No me da miedo  la igualdad; me duele la miseria de los demás. Me gusta ser gobernante  para cambiar la realidad y mejorar las condiciones indignas en las que  viven muchos compatriotas. Nuestros sistemas de gobierno son  esencialmente clasistas que perpetúan la inequidad. Esto hace que ser  líder popular sea mirado con desconfianza. Cuando el estado le da un  peso a un pobre, muchos creen que se les dio un millón; y cuando el  estado salva los grandes capitales, le hacen creer a la gente que a los  pudientes les dieron un centavo.
Todos  los que somos líderes populares, todos los que luchemos por la  igualdad, sabemos que las manos negras escondidas en la sociedad nos  señalaran como sospechosos. De hecho, todos los grandes líderes que han  querido cambiar el modelo de inequidad del país, han sido o asesinados o  vilipendiados: Gaitan, Galán, Pizarro León Gomez, Gomez Hurtado,  Bernardo Jaramillo Ossa…
Cuando  creamos el Banco de los Pobres fue un escándalo contra el dinero  público. Cuando construimos el Metrocable decían que se iban a robar el  dinero con esa garrucha. Cuando se construyó la Biblioteca de EPM y se  hizo el plan de Grandes Bibliotecas, decían que era ser manilargos con  los dineros públicos. Cuando se les entregó salas de computadores a  todas las escuelas públicas de Medellín, nos mandaron a investigar  porque parecía un negocio turbio que todos los estudiantes tuvieran internet gratis. Cuando se congelaron las tarifas de energía y Medellín  tuvo las tarifas más baratas de Colombia, los grandes poderes me  acusaron y pidieron mi cabeza. Cuando se construyó el Centro  Internacional de Convenciones decían que se iban a robar la plata. Y  asi, cada gran obra la acusaban de algo turbio. El tiempo es el mejor  maestro, Y nada sería de Medellín sin esas grandes obras. Represento la  honestidad a toda prueba porque nunca se me ha involucrado en ningún  negociado. A los calumniadores, a los leprosos de la palabra, los  arrollarán sus propias mentiras.
Por  el contrario, Todos los grandes escándalos de corrupción de este país  involucra es a los que se han enriquecido de la cosa pública, y para  disimular, con la hipocresía propia de un bandido anónimo, predican que  son los más honestos y que quienes no accedan a sus pretensiones son los  turbios. El negociado del Metro es histótico. El negociado de Orbitel  sigue vigente. El enriquecimiento de sus familias por decisiones de  gobernantes es una constante. La relación de dirigentes con criminales  es una moda. Y Luis Pérez nunca ha estado ni estará involucrado en actos  ilegales. Mi compromiso con los más necesitados levanta ampollas en  quienes quieren una sociedad clasista y excluyente.
GP: Algunos sostienen que miembros del Grupo Empresarial Antioqueño y el  periódico El Colombiano no ven con buenos ojos sus aspiraciones  políticas ¿es eso cierto y cuál cree que son los motivos?
LP: En  lo que se llama el Grupo Empresarial Antioqueño, en general todos son  amigos. Solo que en política hay divergencias. Y esto grupo económico es  al mismo tiempo un grupo activista político. Se involucran con  intensidad en todas las elecciones. De ellos, unos me apoyan, otros no. Y  es razonable porque el Grupo Empresarial Antioqueño tiene muchos  intereses en  la cosa pública, distinto a otras empresas de  la ciudad y del país que no dependen de contratos ni finanzas ni de  contactos en el gobierno. Puedo decirle que esas divergencias son  normales. La mayoría de los dirigentes del Grupo Empresarial Antioqueño  nunca apoyaron ni al Presidente Álvaro Uribe como tampoco apoyaron al  Presidente Juan Manuel Santos. La democracia no es unanimidad. Entonces a  eso no hay que darle importancia, y que bueno que en la próxima  alcaldía me apoyen.
Con  El Colombiano tengo buenas relaciones y me parece un periódico ejemplar  y democrático. En las elecciones le da garantías a todos los candidatos  para que hagan públicas sus propuestas, entiendo, que con igual espacio.
GP: En las anteriores elecciones Usted aspiraba a un segundo mandato y  comandaba las encuestas hasta el final de la contienda ¿Qué sucedió al  final que no resultó vencedor? ¿o no le cree a las encuestas?
LP: Tengo el pálpito que algo ilegal ocurrió en esas las elecciones. Esperemos la historia.
GP: ¿Hay algo diferente en el Luis Pérez de ahora con respecto al que conoció la ciudadanía en la Alcaldía de Medellín?
LP: Un  líder es como un río, tiene que evolucionar con los problemas de la  ciudad y con los avances del planeta. El que se queda quieto pierde  vigencia.
Debe ser un ejemplo de evolución. En mi alcaldía fundé el Banco de los Pobres, que  fue el primer Banco de Pobrecía de América. Y aunque por aquí a algunos  les pareció una propuesta turbia porque favorece a los de menos  recursos, El Director General de la UNESCO nos condecoró como el mayor  aporte social de ese año. Casi todos los municipios colombianos y  latinos, copiaron luego la idea. Pero no fue fácil convencer al país que  los pobres necesitan crédito. A los pobres les toca pedalear en subida y  sin crédito son unos bonsái humanos.
Ahora  Tengo la propuesta de crear el Banco del Trabajo con $500.000 millones  de pesos para generar empleo y prestar dinero a todos los que tengan  proyectos productivos, y sobre todo, a los universitarios que se gradúan  en la universidad con sueños y millones de ideas, pero no avanzan por  la falta de recursos y de garantías para hacer realidad su proyecto  productivos. Estimo que el Banco del Trabajo con esos $500.000 millones creará  más de 100.000 empleos para la ciudad.